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Asempal y Cámara se manifiestan

Antonio Felipe Rubio

Periodista

Ante el desprestigio de la clase política y la involucración de agentes sociales en sofocantes corrupciones podría esperarse un gesto de dignidad en los representantes de los empresarios que, en definitiva, son los destinatarios de las presiones sindicales y políticas de empleo e impositivas.

Los presidentes de la Cámara y
de Asempal
Durante un largo periodo de bonanza las organizaciones empresariales (Asempal y Cámara de Comercio) protagonizaron la más inútil e infame representación de pasteleo escenificado en la Mesa de las Infraestructuras. La patronal Asempal y los sindicatos UGT y CCOO recibían suculentas subvenciones de la Junta del PSOE de Sevilla y la Cámara de Comercio, además, se nutría de la cuota obligatoria y universal. 

Así, con las “espaldas” cubiertas, y eternamente agradecidos por la generosidad de las administraciones central y autonómica, iniciaron la pantomima de la Mesa en la que jugaban como depurados tahúres escondiendo los bastos y exhibiendo el As de Oros. Las reuniones de la Mesa contaban con la presencia de empresarios, políticos, sindicatos y una representación de los medios de comunicación; nada mejor para modular y edulcorar la melifluidad de los titulares, hasta concluir: “La Mesa de las Infraestructuras ha cubierto todos sus objetivos”.

Ahora, cuando pintan bastos para inversiones y subvenciones, los empresarios desenvainan la espada y expulsan a los políticos de una convocatoria de protesta por las tardías inversiones en el AVE. Disculpen la “autocita”, pero ya critiqué la composición de la Mesa de las Infraestructuras porque no tenía sentido la presencia de políticos cuyos foros naturales son los que son y la Mesa quedaría dopada por intereses cruzados, oportunismo, dependencia y subjetividad.

Era de suponer que la influencia de la Mesa, con tan exquisita composición, trascendía de exhibiciones tan proletarias como las manifestaciones callejeras. Y a la vista está las veces que hemos podido ver a Asempal y Cámara de Comercio al frente de la pancarta por el retraso de la A-92, Materno-Infantil, variante de Roquetas, redia del Almanzora…

No sólo han permitido estos infames retrasos e incumplimientos; han llegado a justificar y colaborar con la Junta bizcochando y cobardeando. No hubo mejor oportunidad para alcanzar los objetivos que cuando había dinero y flaqueaba la voluntad política, entre otras cosas, por ausencia de crítica y connivente silencio. Se prefirió la “paz social” a la enérgica exigencia de infraestructuras en la provincia que más aporta y menos recibe.

De nuevo, los “objetivos cubiertos” reaparecen: sequía, retraso del AVE, obras paralizadas, proyectos incumplidos… pero Asempal y Cámara se han venido contentando con argumentos como “es una prioridad para la Junta de Andalucía”, y esto vale para el Materno-Infantil, Casa del Mar, Facultad de Medicina… Si la Junta dice que es una prioridad, todos a callar y a tomarlo como una preferencia inserta en el corazón de nuestra presidente.

El silencio perpetrado en asuntos como el traslado de mineral hasta el puerto de Almería define la sinergia connivente: “tacos de goma (sic) en el paso a nivel de Avda. Cabo de Gata” y la ausencia de criterio y valentía para exigir humillantes retrasos e incumplimientos que afectan directamente a turismo y comercio en la capital con la Plaza Vieja y el Ayuntamiento en estado deplorable.

Los que organizamos y desarrollamos la “Burromarcha”, el revolcón en el mineral, “Almería sin salidas”… siempre tuvimos la certeza del precio que se paga por la crítica; y eso queda de por vida. Sin embargo, la dignidad cuesta… pero no tiene precio.

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