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Expertos en confrontación

Antonio Felipe Rubio
Periodista

Todo parecía haberse sosegado cuando Junta y Diputación acordaron acercar posturas para proceder a salvar el Hospital Provincial como solución razonable a un deterioro evidente que amenaza con la pérdida de una joya histórica del siglo XVI.

Sonia Ferrer
Atrás quedaron –eso parecía- disquisiciones sobre los burdos protocolos de entrega de las llaves, utilización de las dependencias, ausencia de mantenimiento, destrucción de elementos protegidos, desaparición de mobiliario y utensilios valiosos… Lo razonable era ponerse a trabajar conjuntamente, evitar procesos dilatorios (juzgados) y afrontar con racionalidad, responsabilidad y sensibilidad la recuperación del valioso inmueble. Pero no. La Junta ha “reflexionado” y, lejos de emprender el camino constructivo, hace lo que mejor sabe hacer: tocar las narices e impeler hacia la confrontación.

Ahora, la delegada del Gobierno, Sonia Ferrer, en el papel de fiel sucursal de Sevilla se desafecta de los intereses almerienses y enardece una pretendida y previsible reacción de Diputación ante un reiterado diseño de provocación. Armada de fotos y ectoplasmas al estilo “Cuarto Milenio” y con técnicos debidamente pertrechados de argumentos manipulados, presenta un panorama en el que se arroga una gestión ejemplar que, lejos de ser descuidada y destructiva, se torna en valor añadido de inversión (casi 13 millones de euros) y, además, acusa al “excursionista mediático” (vicepresidente de Diputación) de manipular en una romería gráfica en la que “muestra lo que le conviene” y oculta las “nefastas negligencias de la Diputación, que podrían ser sancionadas con expedientes de la Junta de Andalucía”. O sea, cornudo y apaleado. Así las cosas, era previsible que Javier Aureliano montase en cólera y convocara otra expedición para mostrar todos y cada uno de los rincones del recinto. Igualmente, es de esperar nuevas y más vitriólicas declaraciones entrambos y… ya veremos si no se para en tribunales de justicia. Es decir, se ha conseguido lo indeseable: confrontación, cabreo y el Provincial en ruina “imparable y de lujo”.

Hay que reconocer que no hay nadie como la Junta para sacar de sus casillas a las voluntades de granítica paciencia. Son maestros en impeler, inducir, empujar hacia el terreno que les sitúe en el papel de víctimas de la confrontación. Así, el alcalde de Almería “afrentó” a la Junta con las banderolas, sólo por la “menudencia” de ser toreado durante ocho años con las obras de Plaza Vieja. Lo dicho. Son auténticos maestros en el psicodrama conducente al abismo convivencial.

Lo de los casi 13 millones de euros de inversión en el Provincial es una insultante manipulación. Se refiere a los gastos inherentes al servicio hospitalario: material sanitario, instalaciones, mantenimiento rutinario… y esto incluye agujeros en azulejos catalogados; paredes sembradas de cables y tuberías; nuevas obras de división; amaños, chapuzas y adaptaciones de aluvión a conveniencia de un inquilino claramente desaprensivo.

Imagínese que el inquilino se despide de su casa, dejándola como unos zorros y, en su descargo, aporta una relación de gastos tales que kilos de habichuelas para el puchero, botellas de butano consumidas, el Fairy… y media jornada de la asistenta de hogar. Pues eso es lo que ha aportado Sonia Ferrer como “inversión” de 13 millones, los gastos de hospital durante 20 años: vendas, esparadrapo, laparoscopio, rayos X, aspirinas, Betadine, limpieza, mantenimiento, reparaciones… todo ello, sin contar las “desapariciones” de un extraordinario despacho, material de laboratorio farmacéutico y otros posibles expolios.

Han conseguido, una vez más, inducir a la pretendida confrontación mediante el diseño de una experimentada exasperación, inspirada en Sevilla, y reproducida fielmente por los servidores locales. Ahora, cuando Diputación aporte nuevas pruebas gráficas, críticas y algún enojo, será la prueba palmaria de la deslealtad institucional, ausencia de colaboración y confrontación sectaria de la derecha reaccionaria.

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