Tras un respiro de menos de dos semanas, pasado el maratón de las primarias exprés y el anuncio de la retirada de José Antonio Griñán, la que está llamada a convertirse en la primera mujer en la presidencia de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, aterrizará hoy en San Telmo con dos tareas cruciales: preparar su investidura y definir los cambios que hará para conformar su futuro Gobierno. La sensación de provisionalidad se ha instalado en la mayoría de los despachos del Ejecutivo andaluz a la espera de que Díaz empiece a despejar por dónde irá la crisis en ciernes. De momento, la todavia consejera de la Presidencia solo ha confirmado a algunos de sus colaboradores más cercanos pero no ha trasladado qué ocurrirá en otros departamentos.

Díaz y Griñán
Los rumores sobre una remodelación en toda regla, con la salida de hasta cinco consejeros del actual Ejecutivo, llevan instalados semanas, desde que Griñán confirmara a final de julio una retirada inminente. Desde el entorno de Díaz insisten en que son eso, solo rumores, y en que la futura presidenta andaluza aún no ha decidido. Hay dos claves. Por un lado la necesidad perentoria de la flamante lideresa de cortar de raíz con el escándalo de los ERE que atosiga al Ejecutivo y que ha pesado enormemente en la decisión de Griñán de dar un paso atrás.

Bajo esta tesis se ha manejado la posibilidad de que Díaz retire de la primera fila a los consejeros de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, y Economía, Antonio Ávila, quienes conformaron el núcleo duro del equipo de Griñán en la consejería de Economía y le han acompañado como guardia de corps en todos sus ejecutivos. Es una decisión complicada para la socialista sevillana, que cortaría así, sin anestesia, el cordón umbilical con su mentor, Griñán, quien aseguran que le dejará manos libres. Pocos dudan de la posible imputación en el caso ERE de Martínez Aguayo, quien ha admitido públicamente haber recibido los informes de la Intervención General que alertaban de irregularidades en el procedimiento de reparto de ayudas. Ella es, no obstante, una figura clave en la primera tarea política que Díaz encontrará, la aprobación del Presupuesto.

En esta quiniela de abrasados por los ERE podría entrar también el consejero de Justicia, Emilio de Llera, quien no logra evitar que cada una de sus palabras sobre la instrucción de la jueza,  Mercedes Alaya, alcance una notoriedad y repercusión que suelen acabar erosionando al Gobierno. En el componente personal, De Llera ha sido uno de los apoyos más visibles de Díaz y entre ambos siempre se ha intuido una buena química política, por más que De Llera, fiscal en excedencia, sea novato en estos lares. De Llera, junto con Ávila, se situó entre los consejeros que se desplazaron a Antequera para apoyar a Díaz en su carrera hacia la presidencia.

La otra clave que se maneja en las quinielas del futuro Gobierno pasa por la apuesta pública de Díaz por un relevo generacional. Se da por hecho que la también secretaria provincial del PSOE de Sevilla incluirá en su equipo a gente de su confianza y compañeros de su generación, entre ellos suena la diputada Verónica Pérez y no se descarta la posible entrada en el Gobierno del vicesececretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, que sonó como sucesor de Griñán y ha formado junto a Díaz el trípode político del ya casi expresidente. Aunque Griñán ha asegurado que seguirá como secretario general del PSOE-A tres años –hasta el congreso– se avecinan tiempos políticos y electorales y muchos dudan de que Díaz no pida que el relevo en el partido sea antes. La clave está en Ferraz y en la conferencia política de octubre, indican, en la que el PSOE-A pedirá renovación y cambios.

La única salida que está ya confirmada es la de Luis Planas, consejero de Agricultura, que dejará su sillón tras perder en las primarias. La otra damnificada podría ser la consejera de Educación, Mar Moreno, que si bien fue una de las primeras en defender la opción de Díaz, podrían pasarle factura los pulsos internos en el PSOE de Jaén. Moreno se ha situado siempre enfrente del aparato del partido en la provincia, corazón de los críticos con San Vicente y que en estas ultimas primarias han virado su postura, dando un apoyo clave a Díaz y dejando en la nada al movimiento antigriñanista. Se baraja que esto sea recompensado con un sillón. Moreno, quizás la socialista que más tumbos ha dado y más cargos ha ocupado en los últimos años, podría ocuparse de la portavocía del Parlamento. Se duda de que Díaz mantenga al actual portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Vázquez.

Izquierda Unida ha asegurado que no cambiará a ninguno de sus tres consejeros. Sonó con fuerza la posibilidad de que Antonio Maíllo, el flamante coordinador regional, entrara en el Ejecutivo, lo que sería una plataforma perfecta en caso de aspirar a ser candidato en las próximas elecciones autonómicas. Los socios de Gobierno insisten en que ni Diego Valderas, vicepresidente, ni Rafael Rodríguez, consejero de Turismo, saldrán. Elena Cortés, consejera de Fomento, ni sonó en esas quinielas.

El 27 de agosto Griñán oficializará su adiós. El 29, el PSOE bendecirá a Díaz. Los días 4 y 5 de septiembre el Parlamento acogerá la investidura y la siguiente semana (9 de septiembre), Andalucía estrenará Gobierno solo año y medio después de las últimas elecciones y en mitad de una dura crisis económica.