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Griñán se irá "de un día para otro"

Isabel Morillo
Jefa de Andalucía de El Correo de Andalucía

¿Cuándo se irá Griñán? Dos respuestas recurrentes en su entorno directo: “De un día para otro” y “En cualquier momento”. Dos aseveraciones que aportan poca o mucha información. Puede ser este verano, en otoño, tras la aprobación del próximo Presupuesto, cuando pasen las elecciones europeas e incluso, aseguran, puede que continúe hasta que se agote la legislatura. La última hipótesis no se la cree casi nadie. La pregunta sobre el calendario que maneja el presidente de la Junta para abandonar el Gobierno es una incógnita, incluso para algunos de sus colaboradores más cercanos. Por más que la versión oficial diga que no habrá crisis de Gobierno, todos en privado sostienen que el presidente se irá y dejará como presidenta a la flamante candidata a la Junta, Susana Díaz, sin elecciones mediante. Casi nadie se cree que Griñán vaya a hacer otro debate sobre el estado de la comunidad. Tampoco es probable un adelanto electoral y que Andalucía abra sus urnas los próximos meses.

Griñán y Díaz
La operación política diseñada por Griñán aún no se ha cerrado. Ocurre como en los capítulos de la trepidante Homeland. Cuando parece que se han agotado los argumentos para que la serie continúe aparece un nuevo hilo en la trama. El anuncio de la retirada del presidente hace menos de un mes fue solo el principio. Las primarias exprés del PSOE-A con una sola aspirante proclamada candidata por aclamación tampoco ponen punto y final. Aún caben episodios.

Haciendo política ficción, a lo que, por otra parte, todos juegan en el mismo Gobierno y el partido, Griñán se irá más pronto que tarde. Susana Díaz será nombrada presidenta sin que medien las urnas. Tendrá dos años al frente de la Junta, en una plataforma inmejorable para enfrentar las próximas elecciones autonómicas y seguir modulando su perfil político. La única pega podría ponerla Izquierda Unida, pero la formación minoritaria del Gobierno ha bendecido la operación y repite una y otra vez que lo importante no son los nombres sino el programa de gobierno firmado por ambas formaciones.

Puede ser, aunque también es absolutamente cierto que el escenario político del Gobierno andaluz cambia radicalmente y que aún habrá que ver si la interlocución entre el nuevo coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, y la presidenta in péctore, Susana Díaz, es tan fácil y fluida como la de Griñán y Diego Valderas. Todo apunta a que no. Por delante queda la elaboración de los próximos presupuestos, que deben llegar al Parlamento andaluz antes de que acabe octubre. No será fácil. Junta y Gobierno negocian un techo de déficit más flexible pero la poda en las próximas cuentas autonómicas volverá a ser ineludible.

Hay quien sostiene que Griñán no precipitará su marcha sin haber dejado el Presupuesto en el horno parlamentario. Es crucial para que la coalición de Gobierno resista al menos hasta las elecciones municipales. Ni a PSOE ni a IU le interesa un adelanto electoral. Izquierda Unida necesita tiempo para fortalecerse y ganar músculo y para eso no hay gimnasio más efectivo que los sillones del Gobierno andaluz. Por mucho que los sondeos vaticinen una subida de IU en unas hipotéticas elecciones andaluzas, nadie en este partido apuesta todavía por un adelanto electoral. Menos le interesa al PSOE, que sigue devaluado en los sondeos y marcado por el escándalo de los ERE. Ese es el otro gran hilo de este guión.

El próximo escenario político de Andalucía dependerá mucho de lo que diga la jueza Mercedes Alaya. La posible imputación de Griñán en el escándalo de los ERE sigue sobre la mesa y además mina la moral del dirigente socialista, que no para de proclamar que está harto de recibir acusaciones que mancillan su honradez. Como presidente andaluz, Griñán está aforado, dicen los suyos, ante un tribunal “serio”, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Si sale, perdería ese aforamiento aunque caben posibilidades como que Griñán sea designado senador por la comunidad autónoma dentro de la cuota de designación parlamentaria.

Pase lo que pase, lo que está claro es que una vez que sea proclamada candidata oficial del PSOE-A para las próximas elecciones, Susana Díaz será el epicentro político del partido, la mujer con más poder del Gobierno y más mando en el partido. Los socialistas afrontan el próximo noviembre una conferencia política que desde Andalucía es señalada como clave. Aunque en Ferraz se cuidan mucho de señalar ese cónclave como horizonte para la renovación del partido y de Alfredo Pérez Rubalcaba, desde San Vicente los socialistas lo marcan en la agenda en rojo. Quizás quieran que ya a esa cita Susana Díaz llegue como baronesa. Depende de muchas cosas. De “doña” Mercedes Alaya, de IU, de los números presupuestarios y, sobre todo, depende de Griñán.

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