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La unión de Cajamar y Ruralcaja se cobra su segunda víctima: Juan Antonio Gisbert ya no será Consejero Delegado de Cajas Rurales Unidas

David Navarro 
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El alicantino Juan Antonio Gisbert no llegará nunca a ocupar el cargo de consejero delegado de Cajas Rurales Unidas (CRU), la nueva entidad surgida de la fusión de Ruralcaja con la almeriense Cajamar. El todavía director general de la cooperativa de crédito valenciana confirmó ayer a este diario que su intención es "presentar la renuncia" en el momento en que la operación se inscriba en los registros oficiales y se constituya el nuevo consejo rector de CRU, lo que está previsto que suceda a mediados del próximo mes de noviembre.

Juan Antonio Gisbert
Gisbert negó haber recibido "ningún tipo de presión" por parte de Cajamar y aseguró que su decisión se debe, por un lado, a "motivos personales" -está a punto de cumplir los 60 años y lleva casi dos décadas ocupando cargos de responsabilidad en la administración pública y el sector financiero y empresarial-; y, por otro lado, a los numerosos cambios legislativos y económicos que se han registrado desde que se acordó la fusión, "que aconsejan una dirección única y fuerte".

"Cuando a finales del año pasado pactamos la fusión se diseñó con un liderazgo compartido entre Ruralcaja y Cajamar pero la situación se ha complicado muchísimo en este tiempo y lo que hace falta es un liderazgo claro y único, que no haya que discutir cada decisión", explicó el ejecutivo. A su juicio este papel le corresponde "claramente" a la entidad almeriense, que triplica en tamaño a la valenciana.

El también exdirector general de la CAM rechazó igualmente que su renuncia esté relacionada por las pérdidas de 57 millones de euros que presentó el grupo de Ruralcaja en el primer semestre del año, cuando decidió provisionar de una sola vez todas las dotaciones que le exigían los dos decretos del ministro De Guindos para sanear los activos inmobiliarios del sector. Juan Antonio Gisbert señaló que esa decisión fue un ejercicio de "responsabilidad" para acelerar la recuperación del negocio y que a final de año "volverán a registrarse beneficios". "Al contrario de otras entidades, Ruralcaja no tiene un problema de solvencia", recalcó sobre esta cuestión.

Pérdida de peso. En cuanto a la posible pérdida de peso de la Comunidad Valenciana en la nueva entidad que puede acarrear su renuncia, Gisbert aseguró que la influencia está garantizada "mientras se mantenga el importante volumen de socios cooperativistas valencianos que existe actualmente -más de 214.000- y también siga habiendo un importante volumen de negocio" para el grupo en la región. Al respecto, también recordó que CRU mantendrá una subsede en Valencia, aunque reconoció que sus dimensiones y su carga de trabajo serán inferiores a las que tienen los actuales servicios centrales de Ruralcaja. No obstante, señaló que también los servicios de centrales de Cajamar se reducirán como consecuencia de la fusión.

En cuanto a las condiciones de su salida, Juan Antonio Gisbert asegura que la única indemnización que recibirá es la establecida en su contrato -"muy lejos de ser millonaria", afirmó- y que carece de plan de pensiones, al contrario de los sucedido con otros directivos de cajas de ahorros, como los de CAM o Novacaixagalicia. Su intención es alejarse por completo de la "primera línea" y no descarta dedicarse a la docencia.

La salida de Gisbert se formalizará poco después de que el pasado lunes tomara el mismo camino Rafael Carrau, subdirector general de Cajas Rurales del Mediterráneo (CRM), el grupo liderado por Ruralcaja e integrado por otras catorce cooperativas valencianas. Carrau aseguró ayer a este diario que tenía tomada su decisión desde julio y que pactó no ejecutarla hasta que se firmara la fusión entre la valenciana y la andaluza, cosa que sucedió el lunes. Este abogado, pieza clave en los principales movimientos de concentración del cooperativismo de crédito valenciano en los últimos años -primero con la unión de 28 secciones para dar lugar a Crédit València y, luego, desde esta, para constituir CRM-, asegura que ante la disyuntiva de ocupar un cargo en CRU que no satisfacía sus aspiraciones, ha optado por volver a su despacho legal, desde donde colaborará con el grupo financiero.

La fusión de Ruralcaja y Cajamar dará lugar a la primera cooperativa de crédito española, con un volumen de negocio de 70.426 millones, un balance de 42.184 millones, una red de 1.397 oficinas y casi 6.400 empleados.

Una larga carrera en la administración y las finanzas. Juan Antonio Gisbert se incorporó a Ruralcaja en julio de 2008 para para apaciguar la entidad, que había pasado un periodo convulso con varios cambios de dirección. En aquel momento procedía del Instituto de Crédito Oficial (ICO), donde había ocupado la Dirección General de Negocios. Previamente ocupó la dirección general de la CAM entre marzo de 1992 y enero de 2001, donde llegó como secretario general a finales de los años ochenta de la mano del PSPV, que entonces controlaba el Gobierno autonómico. El alcoyano había sido anteriormente director general de Economía y director de Política Financiera del Consell desde el año 1985 hasta 1989. Ahora asegura que quiere abandonar la "primera línea" del sector financiero.

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