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Las cartas sobre la mesa

José Luis Sánchez Teruel
Secretario General del PSOE de Almería
 
Cuando quedan poco más de seis semanas para las elecciones andaluzas del 25 de marzo, empieza a ser urgente que el principal partido de la oposición ponga de una vez las cartas sobre la mesa y empiece a clarificar determinadas cuestiones. Por higiene democrática, y para que no ocurra en Andalucía como ha sucedido en España -donde Rajoy ha necesitado sólo unas pocas semanas para decir diego donde dijo digo y defraudar a cientos de miles de ciudadanos bienintencionados que confiaron en sus promesas-, el Partido Popular andaluz debería aclarar antes de que acudamos a las urnas qué piensa hacer con los alcaldes que sean elegidos parlamentarios.

Alguien podría pensar que estamos ante un problema de formas, pero también es un problema de fondo, y muy grave. No se trata sólo de que el PP andaluz, al incluir en sus listas a numerosos alcaldes, esté desafiando al propio Parlamento de Andalucía, que aprobó incluir en la Ley Electoral la incompatibilidad de los cargos de alcalde y diputado autonómico. No se trata tampoco de que el Partido Popular esté ocultando intencionadamente a los ciudadanos que esa incompatibilidad, que tan mal les parece en Andalucía, en Galicia, es mucho más dura: allí, la ley aprobada por el PP no sólo prohíbe que un alcalde sea diputado autonómico, sino que prohíbe incluso que su partido lo incluya en las listas.

El problema, insisto, no es sólo de formas, sino de fondo. Cargar a un alcalde con las responsabilidades que conlleva ser diputado autonómico, es la mejor forma para obtener una de estas dos cosas: un alcalde a media jornada o un diputado de adorno.

En Almería tenemos algunos ejemplos de este despropósito. Cuando el alcalde de una ciudad de casi 200.000 habitantes es también senador, un cargo que le obliga a ausentarse de la provincia de manera periódica… con el paso de los meses, o su ciudad o el Senado terminarán resintiéndose.

Cuando el alcalde otra ciudad, en este caso de cerca de 100.000 habitantes, juega a ser uno y trino y acumula los cargos de alcalde, presidente de la Diputación Provincial y, por si fuera poco, presidente de su partido… lo más probable es que los límites de una y otra institución terminen difuminándose y alguien empiece a confundir los escudos con las gaviotas.

Si tuviera la honestidad que no tuvo Rajoy, el líder del PP andaluz no tardaría ni un segundo más en aclarar públicamente qué harán los alcaldes 'populares' que resulten elegidos parlamentarios. La ley prohíbe expresamente la compatibilidad de los dos cargos. Sería bueno saber cuanto antes, de resultar elegidos, cuál piensan abandonar, para evitarnos desagradables sorpresas de última hora.

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