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Jorge Rueda, ruptura y contestación en la fotografía

Miguel Ángel Blanco Martín
Periodista

En el tiempo de la contestación, de la provocación como mensaje social, cultural y político, las imágenes del fotógrafo almeriense Jorge Rueda (Almería 1943-Málaga 2011) constituyen una de las grandes referencias. La identidad fotográfica de Jorge Rueda va unida a la revista Nueva Lente, vehículo de una generación de fotógrafos que promueve una nueva renovación de la fotografía en España, provocando en los setenta una vía totalmente distinta a la generación de Afal. La nueva etapa supone el rechazo de la línea documental para centrarse en aspectos creativos y renovadores, más interpretativos, en los que el fotomontaje se convierte en uno de los principales elementos gráficos. Jorge Rueda está al frente de la segunda época de Nueva Lente que, como ocurrió con la revista Afal, murió por cuestiones económicas.

Hay tres nombres que vinculan la fotografía con Almería en la historia de la cultura: Carlos Pérez-Siquier (Almería, 1930), Manuel Falces (Almería, 1952-2010) y Jorge Rueda (Almería 1943-Málaga 2011). Tres miradas distintas y enaltecedoras de la imagen fotográfica. Son tres referencias ineludibles. Ahora, tras su fallecimiento, toca rememorar la gran visión creadora de mundos en Jorge Rueda.
Jorge Rueda

La personalidad de Jorge Rueda se identifica con la provocación y el absurdo como contestación al sistema. El fotógrafo regresa a Almería en 1991, con su exposición dentro del Programa Imagina (1990-1992), génesis del Centro Andaluz de la Fotografía, que promovió Manuel Falces. En esta exposición Jorge Rueda nos ofrece un texto con sus datos de identidad, como un autorretrato, que explica su forma de entender la fotografía desde la provocación: “Nací en Almería. Soy un enfermo mental. Y ya que cuando abro la boca o uso las manos no produzco más que inconveniencias y barbaridades, mis médicos me han prohibido todo movimiento bajo amenaza de cortarme cosas: las que mueva. Vivo hibernado. Así que no me pidáis que os cuente la verdad, ni siguiera mi verdad porque no puedo. Sólo me atreveré a decir, sabiendo que me arriesgo a recibir nuevos castigos, que el poder me da náuseas, que las expresiones y conductas de dominio me quitan la alegría. Y que no hay para mí más grave repugnancia que la del que se aprovecha de cualquier clase de fuerza para matar la vida o conducirla a su acomodo. Han perdido o no conocen el dulce placer de disfrutar con todos y con todo de forma colectiva. No han percibido jamás el brillo cegador de muchos ojos que al mirarse con cariño transmiten armonía. Han caído en el engaño. Están solos. Ya se han muerto”.

En la rueda de prensa celebrada para presentar su exposición, Jorge Rueda desveló algunos rasgos de su trayectoria: “Tengo la sensación de que llevo toda la vida haciendo la misma fotografía… Siempre he fotografiado mucho la estética mediterránea. He ido por las zonas más altas de la provincia, he visto el uso del agua, lo que se hace, he visto en ella una función estética. Y es curioso porque cuando yo vivía en Almería no me daba cuenta de muchas de la cosas que he descubierto ahora en este regreso”. Y fue inevitable hablar de Nueva Lente: “Yo creo que no fue para tanto y que Nueva Lente pasó inadvertida, aunque haya gente que diga lo contrario y ahora estén descubriendo lo que pudo significar. Entonces no tuvo tanta repercusión, soy más escéptico y la prueba es que murió por falta de asistencia. No soy partidario de mirar atrás, creo que es un sistema de decadencia y no es bueno que ahora nos pongamos a reflexionar sobre todo aquello. Ahora con los años seguramente se ven los logros de Nueva Lente según algunos. Pero yo estoy desencantado”.

La mirada de Jorge Rueda estuvo también presente en Imagina con la exposición Cuatro Direcciones, una visión histórica de la fotografía española (1970-1990). No es casual que el comisario de la muestra, Manuel Santos, eligiera el mundo fotográfico de Jorge Rueda para ilustrar las portadas de los dos tomos del libro-cataálogo, con Pepino, 1975, una clara alegoría surrealista sobre la imagen del franquismo.  Según Manuel Santos, la segunda etapa de Nueva Lente está protagonizada por Jorge Rueda y surge frente a lo que se considera un excesivo conceptualismo. En su opinión, “Jorge Rueda considera la fotografía como un acto comunicativo, sin ambigüedades. Sorprender es comunicar… Se puede considerar que Nueva Lente se convirtió en la escuela de la fotografía de los 80”.

Jorge Rueda responde, en sus maneras, a una generación que ha hecho de la protesta, de la imagen-contestación y del absurdo uno de los elementos válidos de su ideología fotográfica.

El fotógrafo aprovechó el reencuentro con su provincia natal para recorrer la Almería del interior. Refugiado en Torrox (Málaga), afirma de manera simbólica que llegó al lugar tras recorrer 58.000 kilómetros en un mapa. Era su manera de ser.

No era de extrañar, pues, que la nueva etapa del Centro Andaluz de la Fotografía en 2007, con Pablo Juliá al frente, abriera sus puertas con una muestra antológica de Jorge Rueda, que volvió de nuevo a Almería para el momento. Su personalidad permanecía tal cual con total coherencia. Y así ha sido hasta el final.

1 comentario:

  1. Estuvo algunos años en Jorox (Málaga), un precioso paraje natural, donde reina la paz, adornada por maravillas de la naturaleza. Supo escoger su residencia.

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