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El tomate almeriense

Andrés García Lorca
Profesor de la UAL
 
Vuelven a saltar las alarmas con la bajada de precios del tomate, que se sitúan por debajo de los costos de producción, como consecuencia de la irrupción masiva de tomate marroquí, que además no paga los derechos arancelarios exigibles por la UE. Parece este un tema recurrente, pero es necesario insistir dada la debilidad de la acción exterior del Estado que se muestra incapaz de hacer frente a una situación, que pone en riesgo un importante sector productivo y la pérdida de un factor básico de exportación. Sin entrar en falsas demagogias, la realidad es que esta situación es socialmente injusta, tanto para España como para Marruecos.

El diferencial de precios en la producción de tomate marroquí con respecto a la española está fundamentalmente en el bajo costo de la mano de obra y en la ausencia de internalización de los procesos medioambientales en los costos de producción. Lo que implica que en Marruecos, se están obteniendo grandes beneficios a costa de los trabajadores, del medio ambiente y posiblemente de la calidad sanitaria de los productos. Ello niega el principio de sostenibilidad del proceso de producción marroquí, lo que evidencia un nuevo aspecto del cinismo de la política exterior de la UE. En el caso de Almería, los costos generales siguen subiendo y un nuevo factor sigue presionando en el proceso, los costos financieros. Tras varias campañas difíciles para muchos agricultores, estos se han visto obligados a acudir al mercado bancario para comenzar a producir y los precios del dinero ahora son mucho más altos, lo que aumenta el costo final de la producción. Se habla de que aumentando la producción se abaratarán los costos; eso significa un salto tecnológico y en consecuencia un fuerte incremento en la inversión para modificar las estructuras de producción. Y hoy por hoy eso es prácticamente imposible, con un campo endeudado y sin posibilidad de arbitrar un plan de recuperación financiera, que además fuera creíble y posible. Con lo que hay y como estamos, si los precios no suben la situación es imposible. Siempre cabe la esperanza, de que a finales de enero, un repunte de precios salve algo la campaña, pero la incertidumbre está ahí y no podemos desvelar el futuro.

Ante este panorama, a parte de lamentarse amargamente como lo hace la señora consejera de agricultura la Sra. Aguilera, sería conveniente conocer o aunque solo sea atisbar, que medidas tienen los aspirantes a representantes en el congreso y senado para hacer frente a esta situación. Se admiten sugerencias e incluso compromisos; así es que adelante, ustedes tienen la palabra.

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