José Pérez Blánquez
Exalalcalde de Canjáyar
Los ciudadanos de a pie estamos estos días oyendo las distintas ofertas de los candidatos a las Elecciones Generales del 20-N. Voy ha analizar, dentro de mi más absoluta ignorancia, las propuestas de cada uno de ellos, Empezaremos por el PP, ya que, según las encuestas, parece el partido con más posibilidades para gobernar o, mejor dicho, para administrar nuestros intereses y, en muchos casos, nuestro futuro y nuestro medio de vida que, en miles de casos es, nada más y nada menos, que el poder comer y vestir, necesidades, ambas, de extrema urgencia.
Propuestas del PP. Primera propuesta: bajar los impuestos a los que más tienen, con el absurdo mensaje de que así se crean más puestos de trabajo, como si los ricos invirtieran sus ganancias en crear trabajo. Sgunda propuesta: Derogar las últimas leyes aprobadas por los socialistas. Tercera propuesta: Crear en los próximos 4 años tres millones quinientos mil puestos de trabajo. Lo escribo en letra para que nadie piense que es un error.
Ahora hablaremos de IU. Su única oferta es crear tres millones de empleos, con cuarenta mil millones de euros. ¿De donde sacarán esa cifra astronómica de euros? No lo dicen, porque creo que ni tienen la menor idea de donde sacar tantos millones, salvo que expropien a todas las fortuna de este país, cosa que me parece alto difícil. En fin cantos al sol de Valencia.
Y por último citaremos las propuestas del PSOE. Primera propuesta: Poner un impuesto al Patrimonio (hoy ya se ha aprobado, definitivamente, dicho impuesto). Recaudación, sobre los mil millones de euros, cantidad insuficiente para reparar la gran avería que tiene el país. Segunda propuesta: Poner un impuesto a los más ricos. Dios salve al Rey si eso se consigue en este país de pillos. Tercera y última propuesta: Poner un impuesto a la Banca, pero ¿estamos locos o nos falta poco? Si lo que estamos haciendo es prestando dinero a la banca. Si algún gobernante de este país nuestro consiguiera poner un impuesto a la banca sería merecedor de dos premios, el de economía y el del sentido común, algo difícil, por no decir imposible.
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