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Las Diputaciones provinciales

Luis Caparrós Mirón
Exportavoz del PSOE en la Diputación de Almería
En pleno verano y a la sombra de una crisis galopante, estamos asistiendo a un debate abierto sobre la justificación o no de existencia de esta Institución como instrumento útil en la organización, gestión y gobernanza territorial de la Provincia que arranca y sobrevive desde el siglo XIX. Cuando hablamos de supresión o reforma de las Diputaciones Provinciales de Régimen Común, no tiene que ser algo coyuntural en un momento dado y ahora porque estamos en crisis. Y no sólo de las Diputaciones Provinciales, nuestro modelo de organización y gestión territorial debe buscar la perfección y la eficacia permanentemente.

Diputación de Almería
La revisión y reforma de las mismas puede y debe ser posible y nunca un dogma de fe inamovible. Los partidos políticos y sus líderes deben de huir del silencio y el simplismo  en temas transcendentales de interés general y no encerrarse en intereses  partidistas. Tienen que buscar el encuentro,  el consenso junto a la complicidad y hacer frente común en aquellos temas de los que depende el futuro de toda una sociedad.

Cuando hablamos de supresión o reformas de las Diputaciones provinciales no ha de ser prioritario sólo la austeridad y la optimización de los recursos, que también, sino que la reforma asegure más crecimiento y riqueza en paralelo a más cohesión y vertebración territorial. Más compensación de las desigualdades territoriales. Más avanzar en la modernización del Estado y en el bienestar de nuestra gente como medio para conseguir la igualdad permanente en oportunidades y en una justa redistribución de la riqueza por abajo.

Hablar de las Diputaciones es hablar de la Provincia. La razón de la existencia de las mismas es trabajar desde la diferencia en las peculiaridades de los territorios y sus pueblos. Es gestionar desde lo concreto y específico de cada pueblo y comarca. Es acortar distancias entre territorios con diferentes grados de desarrollo y bienestar. En España y Andalucía existen desequilibrios territoriales: Pueblos y Comarcas con problemas de despoblación a pesar de contar con recursos endógenos. Y es aquí donde las diputaciones tienen un gran trabajo y su razón de ser: El Desarrollo Comarcal y Municipal. Medidas de formación para afrontar los nuevos retos en el campo del asentamiento en el territorio de la población;  desarrollo, productividad, nuevas tecnologías aplicables a la agricultura, turismo de interior y servicios básicos de calidad.

La mejora de la comunicación interior entre los municipios. La igualdad de oportunidades a mujeres y jóvenes,  principalmente en el empleo. Las infraestructuras en los ciclos hídricos. El apoyo a las infraestructuras rurales de todo tipo. La mejora de la accesibilidad y la comunicación a los municipios pequeños y las pedanías (más de 460 en la provincia de Almería). En la creación de los centros de recursos múltiples de carácter comarcal. La redacción de Planes Estratégicos de desarrollo comarcal y su puesta en marcha. La protección de eventos culturales e históricos, deportivos, económicos y sociales que se vienen dando en nuestras comarcas y municipios. La preservación de nuestra arquitectura popular y el embellecimiento de nuestros pueblos como un valor en sí mismo y un recurso generador de riqueza. La apuesta por las energías renovables desde lo local como ejemplo de lo que se puede hacer en la protección  medioambiental y en la lucha contra el cambio climático; modelo de creación de riqueza y rentabilidad desde lo público y local.

Hay que redefinir, prestigiar y ampliar el espacio de lo público frente a la agresión neoliberal de deterioro de lo público. Fomentar el asociacionismo, fortalecerlo y reactivar la ciudadanía, como compromiso democrático básico con la articulación del tejido social, reconociendo su papel de mediadores públicos en el establecimiento de vínculos entre los ciudadanos y los administradores. Potenciar la participación en la nueva cultura de la gestión local que debe centrarse en iniciativas concretas de valor estratégico para el proyecto político del municipio, la comarca y la provincia.

En las diputaciones provinciales hay que garantizar, a través de competencias bien delimitadas y acotadas, evitar la tentación de los gastos superfluos, los” chiringuitos” y la duplicidad de servicios. En las  Diputaciones de Régimen Común, sustentadas en la Constitución, el Estatuto Autonómico y en la Ley de Bases de Régimen Local no podemos hablar de reequilibrio y hacer justo lo contrario. La cultura del cinismo y la hipocresía no puede estar presente en la gestión y gobernanza de la institución apartándonos del trabajo cercano y útil para las comarcas y los municipios. No podemos seguir desviando recursos en actuaciones y programas consolidados por gobiernos del Partido Popular y que son” chiringuitos” que no responden a las verdaderas necesidades básicas y prioritarias en los municipios pequeños: Subvenciones a cotos de caza, a comunidades de propietarios, amigos del tango… a todo tipo de asociaciones sin conocimiento de los propios ayuntamientos y a espaldas de los mismos, ”embajadas” en Bruselas… Departamento de la Mujer, de la juventud, a la drogodependencia… y un montón de servicios duplicados buscando la competencia política y confrontación entre administraciones. Miles de millones de euros en gastos no prioritarios que se podrían ahorrar para necesidades básicas de servicios en los municipios donde por ejemplo no llega la telefonía móvil y mucho menos Internet o lo que son pedanías y barriadas aisladas carentes de servicios básicos.

Las Diputaciones son una administración local subsidiaria y no jerárquica. Los recursos son limitados y de ahí la necesidad de centrar la gestión en los pequeños municipios, con unas competencias que hay que revisar y modificar una vez consolidado el Estado descentralizado de las Autonomías y no cayendo como hasta ahora en la tentación de hacer de ellas ”un cajón de sastre” donde todo entra y es posible a capricho del gobernante de turno.

Se hace necesario y urgente una nueva concepción de las Diputaciones, con un sentido propio, con la aceptación de otro modelo alternativo en la construcción de lo local, integrado en la pluralidad cultural y étnica del territorio. Que innove frente a la situación de crisis a la que nos enfrentamos; que genere nuevas ideas, nuevos proyectos y nuevas formas de relación con los vecinos y los pueblos.

1 comentario:

  1. Y Schz Teruel hablando de las ferias y los feriantes, de lo divino y lo humano. Y del tajo quién se ocupa?? Claro en el tajo tiene que haber gente que sepa de que va el asunto, como demuestra Luis con este gran artículo.

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