De listas abiertas y el caso de Zurgena

Juan Pardo

CDL Zurgena

Tanta y tanta lucha nos costó la instauración de la democracia en España para que, paulatina y progresivamente, vayan apareciendo una serie de bigardos con el único y firme propósito de menoscabar aquel fin en  beneficio propio. No solo cuestionan aquella lucha, es más,  empobrecen el sistema. Si os digo la verdad, no me hace ninguna gracia.

Hoy en día, entre nuestros políticos, no cabe la menor duda, hay de todo. Personas serias, honradas y trabajadoras, que emprendieron el camino de la dedicación pública por vocación, para servir al pueblo, como profesión habitual o como ocupación temporal durante un cierto período de tiempo. Ambas opciones pueden ser perfectamente válidas, aunque suele reclamarse cada vez más el desarrollo de una actividad previa, bien como experiencia o como acreditación para el desarrollo de las funciones que el pueblo necesita. Por otro lado, los hay que solo buscan el poder y se aprovechan de él en beneficio propio, no sólo por la “grandeza” del puesto con las consiguientes ventajas, sino porque carecen de otro modo de subsistencia.

Como consecuencia del descontento y la indignación que originan esos vividores, nace el 15-M. Por muchos palos que les peguen a los concentrados en distintas plazas representativas del país, poco o nada va a conseguir el bipartido o lo que es igual la torpeza dictatorial de dos partidos, PP y PSOE.

De cualquier forma, la política está presente incluso para quienes la declinan. Ya de por si, las acampadas son un acto político del que nadie duda o, cuando menos, se interesa, esto influirá en las próximas decisiones públicas. Puede que  sus planteamientos o el medio, de momento, no esté muy claro; pero sí el fin y las causas por los que acampan. Por ejemplo, piden una reforma de la ya obsoleta Ley electoral. Yo también ¿Y tú? Son partidarios de “listas abiertas”. Su petición es tan justa como necesaria, entre otras cosas, porque son más participativas y aumentan la capacidad de decisión del pueblo.

Ya han pasado las elecciones, el pueblo ha decidido quién los representará y, de repente,  nos encontramos con concejales electos del PP que de la noche a la mañana son discípulos potenciales de Karl Heinrich Marx Presbuir o viceversa. Eso, políticamente, es incorrecto. Seguro que si antes de las elecciones manifiestan dichos pactos, sus resultados no serían los mismos. Por tanto, confunden la buena voluntad del votante, antes y después de las elecciones. Pero, no dudéis, dentro de cuatro años nacerá otra nueva derecha y capaz que brota la izquierda en color verde.

Por último, hay un pueblo en la provincia de Almería, Zurgena -mi pueblo-, donde el PA y el PSOE han empatado a cuatro concejales. El PP (3) tiene “la llave” (ninguno es afiliado o militante del PP). Un día nos acostamos con alcalde socialista y otro andalucista. La culpa no es de ellos, ¿por qué y quién de la provincial “los puso”?  Solo voy a dar una pista: la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y dos de la ejecutiva provincial, con intereses de recalificación de suelo, al objeto de  maquinar los ratios contables de la caja para “metérsela bien” al Banco de España, metieron un “topo” en las listas.