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Wadi al Kabir, el río andaluz

Antonio L. Calderón
Presidente del Foro Abén Humeya

El Tribunal Constitucional del Estado español, ante el recurso planteado por el gobierno extremeño, ha declarado nulo el artículo del Estatuto de Andalucía en el que se manifestaba la propiedad y gestión del río Guadalquivir. Reivindicación que los andaluces de conciencia hemos reclamado y seguiremos reclamando, ya que ese río forma parte de nuestra territorialidad y de nuestra milenaria cultura. Una vez  más, los poderes centrales, esta vez el judicial, se han posicionado contra Andalucía y su historia.

Ante esta lamentable medida, que daña una vez más nuestra dignidad, las sucursales andaluzas de los partidos centralistas -socialistas, populares e Izquierda Unida- han manifestado su compromiso de mantener la unidad  política que hizo posible que el actual  Estatuto de Autonomía saliera aprobado por consenso, de ellos,  en el Congreso de los Diputados y ratificado en referéndum, con muy  baja participación, por los andaluces el 18 de febrero de 2007, y en el que entre otras cosas recogía la histórica reivindicación de la gestión y propiedad de nuestro milenario e histórico rio Guadalquivir.

Ningún tribunal de justicia que se precie de ser justo y de conocer en profundidad la  naturaleza andaluza del Guadalquivir, nuestro Gran Río o Wadi al Kabir, puede negar el carácter andaluz del mismo. Es más, no se puede entender Andalucía sin la propiedad de su río y sus recursos. Nuestra cultura nació en torno al río, como las grandes civilizaciones mediterráneas. La defensa de la tierra es inseparable de la defensa de su memoria.

Todo aquel que conozca Badajoz sabe que no hay ninguna diferencia con el norte de las provincias de Sevilla y Huelva. Sabe que Zafra es andaluza, que Jerez de los Caballeros y Monesterios son andaluces, y que solo la separación administrativa impuesta por el Estado español, siguiendo el invento francés de los cantones, en 1833, Javier de Burgos, con su proyecto administrativo, mutila nuestro territorio nacional, desgajando de Andalucía, estos pueblos así como otros de Córdoba y Jaén.

Pues bien, solo el 3% del río Guadalquivir se encuentra en lo que hoy, administrativamente,  se considera suelo extremeño, y en base a ese tres por ciento, el Tribunal Constitucional español nos niega nuestros derechos históricos. Esto debería tener, por parte de la oficialidad andaluza, una sola respuesta lógica y aplastante: que la Junta de Andalucía reclame todos los territorios de los reinos de Sevilla y de Jaén, anteriores al reparto provinciano de 1.833. Si estos territorios revirtieran a nuestra tierra, el Guadalquivir sólo discurriría por Andalucía.

Pero una vez más, nos quedaremos solos. Nos llamarán lunáticos y nos sé cuantas cosas más, pero sólo cabe una alternativa: que los andaluces de conciencia nos olvidemos de una vez por todas de tanta retórica y teórica y nos pongamos a trabajar por una alternativa nacionalista, única forma real y posible de acabar con tantos años de desprecios y humillaciones.

Es la hora de menos lamentaciones y más reivindicaciones. Es la hora de dejar de mirarnos el obligo y de colaborar, codo con codo, todos a una,  por la dignidad de nuestra tierra,  Andalucía.

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