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Como el maestro de Ohanes

Laura R. Carretero
Candidata de UPD a la alcaldía de Almería

Circula por Internet una octavilla que recoge los hechos acontecidos en el pueblo de Ohanes (Almería) en relación con un viga en mal estado. La historia está publicada en la revista Aleteos y, dándola por cierta, viene a contar que el maestro del pueblo, a fecha de 15 de Marzo de 1734, escribe al alcalde indicándole “la inquietud que le produce ver una viga rota en la clase que regenta, pues está partida por medio” y pide amablemente que “ponga coto a esto si no quiere que ocurra alguna desgracia”.

A esto el alcalde le contesta: “Recibo con gran extrañeza el oficio que ha tenido a bien dirigirme y me apresuro a contestarle”, el 28 de noviembre del mismo año (8 meses después) indicando que “es cosa rara que los agentes de mi autoridad no me hayan dado cuenta de nada referente a la viga, y es más, pongo en duda que se encuentre en esas condiciones”. Afirmando que “no son más que excusas y pretextos para no dar golpe”, amenazándole de esta guisa: “Y, ojo, que su engaño le estaría estar otros seis años sin  cobrar los 500 reales de su sueldo”.  El 29 de noviembre le contesta el maestro solicitando dos personas peritas o venir el  mismo “dando un paseíto” para que atestigüe lo dicho.

 Pero el alcalde, con fecha 15 de octubre de 1735 (un año después), indica al maestro que si no le conviene el puesto que se marche y que “nombraré una comisión que informe sobre el asunto de la viga, y si resulta que Vd. me ha engañado, sa caído”. El 15 de Mayo  de 1736 (8 meses después) acuden los peritos acompañados por el escribano, indicando en informe de la misma fecha que la viga “no se haya movido, sólo que ha bajao cosa de diez o doce deos, sólo caer, pero nunca  juntarse con el suelo aplastando a los que coja dentro”. El asunto concluye tal y como recoge el cronista de la villa el día 14 de Octubre de 1740, “siendo las doce de su mañana se hundió el techo del salón de la escuela de esta localidad, pereciendo en el siniestro el señor maestro de primeras letras, don Zenón Garrido Marín, y los catorce niños que en aquellos momentos daban su clase”.

En Almería, a fecha 26 de enero del año de nuestro señor de 2011, me presentaba a la ciudadanía como candidata a la alcaldía de Almería y en una nota de opinión, titulada “¿Hasta cuándo, Sr. Alcalde?”, informaba de la situación del puente de Pescadería. Unos días después, UPD enviaba una nota de prensa en la que exponía la situación del puente e instaba a clausurarlo cautelarmente y estudiar su demolición o reparación. Con fecha 7 de febrero entregábamos un oficio en el ayuntamiento en el que incluíamos un dossier con 6 folios con fotos solicitando el cierre cautelar y el estudio de su situación.

Ante la nula respuesta del ayuntamiento, convocamos a los medios el día 11 de febrero para que comprobaran el estado. Cubren la noticia varias cadenas y periódicos locales, a los que agradecemos su dedicación y la oportunidad de explicar este asunto, siendo Interalmeria TV la que ampliaba la noticia (eso sí, con una nula emisión de imágenes de la situación del puente), indicando que “hace tres años el ayuntamiento solicitó la demolición del puente".

Ante la nula respuesta de D. Luis Rogelio, al que pedíamos que viera el puente “dando un paseíto”, nos personamos el 20 de febrero en la Demarcación de Carreteras del Ministerio de Fomento. Nos atiende el Sr. De Oña, quien nos indica que “en esa Demarcación no existe constancia de que el ayuntamiento haya solicitado en relación con ese puente nada”. Tras ver las fotos entregadas en el ayuntamiento, nos indica su contrariedad por la actuación de la cuadrilla de mantenimiento y nos informa que mandará a los equipos técnicos para que estudien la situación del puente.

Del relato de ambas historias solo cabe entender que parecen hechos similares con interlocutores distintos. A fecha de hoy podemos indicar que el puente sigue sin ser ni clausurado ni reparado ni demolido y quedamos a la espera, en la esperanza de que no ocurra ningún hecho luctuoso que tenga que ser recogido por los cronistas actuales, que a buen seguro concluirían lo que Don Joseph García, cronista oficial de la villa de Ohanes en 1740, concluyó tras relatar los hechos: “Se ha podido comprobar que por parte de la autoridad competente se tomaban periódicamente todas las medidas encaminadas a velar por el buen funcionamiento del sagrado recinto”.

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