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La compra de votos a inmigrantes en Mojácar

Manuel Zamora
Secretario General del PSOE de Mojácar

Para el PSOE es un auténtico logro que legislatura tras legislatura inmigrantes de diferentes nacionalidades puedan ir incorporando su derecho al voto en las elecciones municipales. Este es un primer paso para que en un futuro puedan hacerlo también en las elecciones de otras administraciones superiores, algo que tendrá que venir dentro de una normalidad que implica que cualquier ciudadano que vive en un país donde contribuye al desarrollo del mísmo con su trabajo y con sus obligaciones disfrute de unos derechos como el resto de las personas.

Lograr este cambio no ha sido fácil para nuestro partido, puesto que siempre nos encontramos con una derecha rancia que se opone a que los inmigrantes sean algo más que personas que vienen a trabajar y que les estorban cuando el trabajo escasea. Nosotros creemos que un ciudadano es igual a otro independientemente de cómo sea, de dónde venga, cómo piense o cómo sienta.

En estos días me he llevado una profunda decepción. Cuando nuestro partido ha intentado llegar a un colectivo en concreto de inmigrantes para tratar sus inquietudes y llevarlas en nuestro programa nos hemos encontrado con que éstos han recibido ofertas de determinados partidos para comprarles el voto. El procedimiento es sencillo: previo pago del importe que acuerden con el partido el ciudadano vota por correo. Las ofertas oscilan entre los 50 € y los 200 €. Algunas familias están empadronándose desde pueblos limítrofes como Garrucha en nuestro pueblo tras la oferta recibida.

Evidentemente un caso en concreto no es como para generalizar al resto, pero me parece aberrante y deplorable el hecho de que se pueda romper el espiritu de la democracia de este modo. Convertir unas elecciones en un mercadeo no es más que un sinónimo de que esta clase política local con aires profundos de caciquismo quiere el poder para seguir haciendo lo que siempre ha hecho: sus negocios.

Aprovecharse de una situación de crisis para intentar utilizar al inmigrante como granero de votos cautivos apesta; y es que esa compra de votos no persigue nada más que sumar concejales que no van precisamente a realizar una política en favor de los inmigrantes, porque los que lo están ofreciendo nunca han creído en ellos.

Una vez realizado el pago, su voto se convierte en papel mojado y nuestro esfuerzo (el de la izquierda), por que los inmigrantes adquieran cada día más derechos en un marco de igualdad, en agua de borrajas.

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